viernes, 31 de octubre de 2014

Agua

Lectores, para leer este relato, os recomiendo escuchar esta música mientras lo hacéis. Le da un poco más de realismo al asunto. Feliz Halloween! jajaja

Lo preparo todo para la fiesta de esta noche. En un primer momento iba a ser una fiestecita de amigos para celebrar Halloween pero finalmente hemos decidido algo más tranquilo. Cada uno traerá su peli de terror favorita y las veremos todas. La mía es “El exorcista” sin ninguna duda, no soy miedosa así que disfruto a tope de este tipo de fiestecitas.
Debo admitir que nunca creí que mi madre me dejara hacer una fiesta aunque fuese pequeña, al cambiarnos de casa parece que ha entendido que soy lo bastante madura como para poder mantener el orden. Por suerte solo nos hemos cambiado de zona de la ciudad y ahora estoy más cerca de mis amigos.
Miro a mi alrededor y veo que lo tengo todo preparado, palomitas, golosinas y mucha bebida.  El sonido de un grifo abierto llega a mis oídos, no creo haber dejado el grifo de la cocina abierto pero cuando entro veo que el agua cae en cascada sobre la pila. Por suerte no se ha salido, lo cierro y listo.
Subo a mi habitación para terminar de arreglarme y cuando paso por delante del baño escucho el agua de la ducha correr. Frunzo el ceño sorprendida, abro la puerta y me sorprendo al ver la bañera completamente llena de agua, pero no parece agua normal porque tiene un color como de tierra. Entonces creo que empiezo a entenderlo todo, seguro mis amigos me están gastando una broma porque no soy miedosa.  Sonrío para mis adentros, no van a conseguir asustarme.
Me termino de arreglar y bajo las escaleras de dos en dos, me quedo parada frente a la puerta de mi casa que ahora está abierta. Delante de la puerta está un chico al que no conozco pero que me mira fijamente, su mirada me hiela los huesos por algún motivo que no logro entender. Oigo de nuevo el agua salir por el grifo, pero esta vez es de nuevo el del baño de arriba, suspiro y subo, ahora sé que este chico es algún amigo que no conozco y que están utilizando para distraerme mientras ellos me hacen la broma. Detengo el agua y cuando me doy la vuelta ahí está él mirándome fijamente.
—Creo que necesitas ayuda, el agua de esta bañera es peligrosa —su voz grave hace que mi respiración se acelere pero no muestro lo incómoda que me hace sentir.
—Claro, lo que tú digas. No sé de quién eres amigo pero dile que hasta una película de terror da más miedo que esta broma. No nos han presentado por cierto y cómo estás en mi casa creo que eso debería haber sido lo primero. Me llamo Ana —le tiendo la mano pero él no me corresponde.
—Lo sé, yo Sergio. Duermes en mi habitación —ese comentario es tan obvio de una película de miedo que no puedo evitar soltar una carcajada. El timbre suena y dejo a mi nuevo amigo Sergio en el baño mientras bajo para abrir. Por fin han llegado todos mis amigos, les miro con reproche y entonces el sonido del agua de la bañera vuelve a llegar a mis oídos.
—Creo que ya lo tenéis bien, luego pagaréis el agua vosotros. Y podríais haberme avisado de que traías a un amigo. No sabía ni de la existencia de Sergio —todos me miran como si estuviese loca. Subo al baño de arriba para apagar el agua, espero encontrarme a Sergio pero no lo hago. Mi amiga Rocío me sigue los pasos.
— ¿De qué amigo hablas Ana?
—De Sergio, el chico moreno que habéis mandado para que me diga que duermo en su habitación —no puedo evitar reírme porque pone cara de asombro, debería ser actriz la verdad.
— ¿Cómo es ese chico Ana? No conozco a ningún Sergio, te lo juro —la miro ahora seria.
—Moreno, más alto que yo. Venga ya Rocío, no me vas a conseguir asustar.
—Espera Ana, ¿es este? —saca su móvil y me enseña una foto del chico que he visto antes.
—Sí, justo ese. Sabía que era vuestro amigo —observo como el agua desaparece de la bañera por las tuberías.
—Ana, este chico fue asesinado por su padrastro. Le ahogó en esta bañera hace unos meses. Te lo juro, no te miento —niego con la cabeza y me rio aunque ella se ha puesto pálida.  El grifo se enciende de repente y el agua me salpica. Rocío sale corriendo del baño, me vuelvo para detener el grifo y la puerta del baño se cierra de un solo golpe. Siento un escalofrío a mis espaldas y sé que es él.

—Siempre he preferido las duchas —y después de esas palabras, todo lo que recuerdo es… nada. 

jueves, 30 de octubre de 2014

Intriga

Era la tarde de Halloween, Lucas estaba acostado en la cama de su dormitorio pensando en la fiesta de esa misma noche y en todas las chicas que iba a conocer. Le mandó un mensaje a su mejor amiga Sandra para acordar una hora a la que asistir juntos a dicha fiesta pero la respuesta de su amiga le sorprendió. Se conocían desde que tenían uso de razón y siempre lo hacían todo juntos.
“Estoy un poco liada pero iré a la fiesta, nos vemos allí”. Esas fueron las palabras de su amiga, ella había sido su confidente y ambos sabían más del otro que de ellos mismos.
Sin darle demasiadas vueltas, se levantó de la cama y sacó del armario su disfraz. Dejaría de ser un simple humano para convertirse en un vampiro, su madre había insistido en ese disfraz por ciertas películas de chupasangres que la tenían loca y él no se había podido negar. Pero por supuesto llevaba la capa de Drácula y la dentadura para poder morder algún que otro cuello, o eso esperaba y deseaba él.
Cuando llegó la hora de la fiesta, cogió el coche y fue directo pensando que su amiga ya estaría allí. Estacionó el coche y poniéndose las lentillas rojas, entró en la casa de su amigo, el organizador de dicha fiesta.
Bebió un par de cervezas y charló con todo el mundo pero algo le rondaba por la cabeza. No sabía nada de Sandra y eso le preocupaba. Sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, se giró y entonces la vio. Una morena de ojos verdes y un maquillaje increíble de esqueleto, con una camiseta y pantalones negros mostrando los huesos le miraba atentamente. Lucas le sonrió y se acercó a ella con total descaro.
—Buenas noches esqueleto —dijo el chico intentando sonar gracioso.
—Buenas noches Edward Cullen —ella sonrió por su comentario y él arrugó el ceño, ese tipo no le agradaba.
—Soy Drácula, el original. No esa imitación de chupasangre —el comentario hizo reír a la mujer esqueleto y Lucas no pudo evitar reírse con ella.
Ambos empezaron a charlar y reírse pero escondiéndose detrás de un disfraz con mucho maquillaje. Pero de repente, la chica esqueleto se levantó dispuesta a irse.
— ¿Me vas a dejar con la intriga de no saber tu nombre? —preguntó Lucas buscando cualquier excusa para volver a verla.
—Solo te intrigan los misterios y yo, no lo soy —le guiñó un ojo y fue directa a la puerta de salida donde desapareció. Él la siguió pero no la alcanzó.
— ¿Ya te vas? —la voz de su amiga Sandra le sobresaltó, la miró e iba vestida de negro con el rostro bastante blanco.
—Sí, ¿te vienes conmigo?
—Sí, podemos ver una película. ¿Una noche productiva?
—La verdad es que sí, he conocido a alguien que me ha robado el corazón —ella le sonrío aunque la alegría no le llegó a los ojos. Cuando él pasó por delante de ella para dirigirse al coche, ella lanzó la parte delantera de su disfraz junto con la toalla con la que se había quitado casi todo el maquillaje. Allí, tirados sobre el suelo quedaron los huesos de un esqueleto abandonados porque su dueña ya no los necesitaba.
Mientras en los labios de Lucas aparecía una sonrisa, por mucho que se escondiera detrás del maquillaje jamás sería capaz de olvidar esos ojos que le acompañan siempre. Esa mirada de su amiga Sandra que cada mañana le corta la respiración y que esa misma noche había dejado a Drácula totalmente enamorado.
—Sandra
— ¿Sí? —preguntó ella mirándole directamente a los ojos. Sin más, sintió las manos de Lucas en su rostro y sus labios contra los de él. Su mejor amigo la estaba besando y ella empezaba a comprender que no era la única que había estado escondiendo su corazón durante tantos años.

Porque cuando más cerca tenemos lo que ansiamos, menos lo vemos y no hay peor ciego que el que no quiere ver. 

miércoles, 29 de octubre de 2014

Mordisco

Rojo, de ese color es todo lo que me rodea. No puedo evitar mirar hacia atrás mientras siento que mis piernas están a punto de partirse. No puedo correr más rápido pero tampoco puedo parar. Si lo hago sé lo que sucederá.
Intento que mi mente se concentre en correr para alejarse de lo que sea eso, ni siquiera podría describirlo, solo sé que me da mucho miedo y que ha descuartizado a mis amigos. Nunca estuve de acuerdo con venir de noche al bosque, las acampadas me dan mal rollo y esta vez la película de miedo la estoy viviendo en primera persona. Todavía puedo escuchar sus gritos mientras ese monstruo separaba sus extremidades del resto de sus cuerpos, no sé cómo he podido salir corriendo, supongo que el instinto de supervivencia se ha adueñado de mí.
Oigo su respiración detrás de mí, sigo corriendo pero me falta el aire. Me vuelvo para mirar si me sigue, tropiezo y caigo de bruces contra el suelo. Las piedras se clavan en mi piel haciéndome pequeñas heridas. Siento que ya no puedo más. Sus pasos se detienen y me vuelvo lentamente. Unos ojos rojos me miran y se abalanza sobre mí. Cierro los ojos con fuerza e intento luchar aunque sé que es en vano. Sus dientes se clavan en mi garganta y con ese mordisco desgarra parte de mi piel.
La sangre caliente escapa de mi cuerpo, intento sacar fuerzas de donde sea pero no lo consigo. Miro fijamente la cara del monstruo y soy consciente de que ha llegado el fin, todo termina aquí. Levanta una de sus garras, cierro los ojos esperando el impacto y preparada para que suceda lo que tenga que suceder.
—Tranquila, no dolerá tanto —abro los ojos al escuchar esa voz, la reconozco. He dormido con el dueño de ella todas estas noches y le he besado al despertar. Sus pupilas ya no son azules, ahora son rojas y sus labios están manchados de sangre, la mía y la de mis amigos.

—¡Tú! 

martes, 28 de octubre de 2014

Murmullo

Me siento en la cama y me pongo las botas negras, con este vestido me quedan genial, o eso es lo que siempre dice Dani. Escucho el sonido del reloj y me levanto rápidamente. Me pongo el abrigo y me miro por última vez en el espejo. Voy perfecta, no entiendo porque ha querido que nos viéramos en la plaza en lugar de venir a recogerme. Hace un frío horrible pero como me muero de ganas de verle, decido no quejarme y salir corriendo en su búsqueda.
Llego tarde y volverá a quejarse porque siempre tiene que esperarme, lo que no entiende es que lo hago porque quiero verme bien para él. No puedo negar que estoy nerviosa, sobre todo cuando ayer por la noche después de mantener nuestra conversación telefónica de todos los días, dijo: “tenemos que hablar Ale”. Esas palabras siempre son como un jarro de agua fría para la persona que las escucha. Le amo, nos conocemos desde hace muchos años y siempre le he amado de esta manera loca y desenfrenada.
Somos tan diferentes, él adora la tranquilidad, estar en casa los dos juntos viendo una peli o cenando. Charlar toda la noche y después hacer el amor lentamente junto al fuego. Yo soy extrovertida, divertida, me encanta cantar aunque no soy profesional, siempre arrastro al pobre de Dani a un karaoke con la vergüenza que a él le da hacer ese tipo de cosas. Pero sé que por mí las hace.
Por fin llego a la plaza, veo un montón de gente en medio. Todos hablan pero solo escucho el murmullo de sus voces. Miro a mi alrededor y no veo a Dani por ninguna parte. ¿Dónde se habrá metido este hombre? Me encojo de hombros y decido acercarme a la multitud. Estos se giran al verme y entonces caigo en la cuenta de que deben estar observando el árbol de navidad que todos los años iluminan en la plaza. Es increíble la verdad, mi momento de la navidad favorito.  Noto algo extraño, la gente me mira y sonríe, no sé qué está pasando pero me empiezo a poner más nerviosa.
La música de una canción que conozco a la perfección empieza a sonar, miro el enorme árbol y allí está Dani con sus amigos, cada uno lleva su instrumento y para mi sorpresa es Dani el que empieza a cantar “All I want for christmas is you”. ¡Dani cantando! Esto sí que no me lo puedo creer, encima me dice que el mejor regalo soy yo y me quiero morir. Cuando los últimos acordes suenan la gente empieza a aplaudir y de repente las luces del árbol se encienden. Miro la estrella iluminarse y detrás hay más luces. Me fijo en ellas porque están colgadas en la fachada del ayuntamiento y siento que se me corta la respiración cuando  leo el mensaje que las pequeñas luces navideñas forman.
“Ale, ¿te quieres casar conmigo?”
Busco a Dani y lo encuentro arrodillado delante de mí con una cajita roja en la mano.

— ¿Qué me dices? Eres la mujer de mi vida y no voy a dejar de insistir hasta que me digas que sí —sin pensarlo dos veces me lanzo a sus brazos y le beso. Ambos caemos al suelo mientras los copos de nieve caen sobre nosotros. No encuentro las palabras para expresarle todo lo que me hace sentir pero le abrazo y le beso poniendo todo mi corazón. Los aplausos estallan pero ahora mismo solo existimos mi futuro marido y yo. 


lunes, 27 de octubre de 2014

Comienzo

Las voces me siguen persiguiendo, ya no sé qué dirección tomar. La oscuridad es todo lo que me rodea y me siento demasiado solo. Debo admitir que las voces me hacen compañía aunque algunas veces dan escalofríos. No las reconozco y eso solamente consigue que me inquiete más.
Creo que lo que me ocurre es que me estoy volviendo loco, no le veo otra explicación razonable a lo que me sucede. Escucho voces, algunas veces tengo la sensación de que me tocan y no veo absolutamente nada.
Lo único que llega a mis sentidos es un aroma, un perfume que invade mi alrededor todos los días. Bueno o las noches, realmente no sabría definir el tiempo ahora mismo. Encerrado en mi propia oscuridad.
El sol, extraño mucho esa estrella enorme con su calor. Recuerdo cuando decidíamos ir a escalar mis amigos y yo. Creo que la última vez fue hace poco, una montaña bastante peligrosa pero como siempre decimos: “nos reímos en la cara del peligro”. Por algún motivo no recuerdo qué pasó ese día.
Sé que me puse el casco y todo el equipo que siempre utilizamos, comprobé las cuerdas y me dispuse a descender. Como siempre me tocaba ser el primero, así que sin pensarlo demasiado y sintiendo la adrenalina en mi organismo me lancé a ello. Después de eso… todo es oscuridad.
Siento otra vez el aroma del perfume, es afrutado y bastante refrescante. Y por primera vez en mucho tiempo, el silencio se rompe y siento un tacto que sí me parece familiar.
—Dicen que tienes unos ojos muy bonitos, espero verlos algún día —no reconozco la voz pero el contacto de su piel con la mía es algo electrizante. Siento que necesito salir de esta oscuridad, quiero saber a quién pertenece ese aroma que ha estado a mi lado. ¿Quién es la dueña de esa voz?
Abro los ojos y la luz me ciega, parpadeo rápidamente de manera repetida hasta que por fin consigo enfocar a la dueña de esas caricias. Miro a mi alrededor antes de intentar hablar con ella, no encuentro las palabras y es entonces cuando me doy cuenta del tubo que tengo en la boca.

—Bienvenido, has estado en coma unas semanas. Tienen razón, tienes unos ojos verdes preciosos —la enfermera se sonroja y se muerde el labio inferior, eso me hace sonreír. Ahora los recuerdos acuden a mi mente como flashes, recuerdo la cuerda al romperse y la enorme caída, los gritos de mis amigos y ya nada más. He vuelto a la vida, tengo otra oportunidad. Miro a la chica castaña que tengo al lado y tomo su mano entre las mías, esto es un nuevo comienzo. 

Miller Hart

Miller Hart




Como podéis ver en la foto, es un hombre adictivo. Por eso es el segundo en aparecer en esta sección. A Miller o “M” como se le conoce en un principio lo podéis encontrar y disfrutar en la trilogía “Una noche” de Jodi Ellen Malpas.
Pero ahora mismo lo importante es este hombre en cuestión. Posee unos modales intachables, propios de todo un caballero e incluso alguien que forme parte de la realiza. Es un poco compulsivo y maniático con las cosas, le gusta que todo esté en su lugar, de inmediato se da cuenta de que algo no está donde estaba o donde debería estar. Esta característica le hace peculiar, al principio resulta un poco molesta pero a medida que se va conociendo a este hombre va pareciendo una manía bastante tierna.
Visto desde fuera, sobretodo si le vemos al volante de su flamante Mercedes, parece el hombre perfecto pero… las personas perfectas no existen. Así que os animo a conocerle porque os llevaréis una grata sorpresa.
Un hombre que no conoce el amor pero sí conoce todas las artes amatorias en la cama. Un hombre por el que las mujeres se pelean y al que todas desean tener en su habitación.
Dueño de un local para la gente de la élite llamado “Ice”, con una compañera que cree ser su dueña y con mucho misterio a su alrededor.
Conoce en una cafetería a la mujer que le robará la razón y lo único que le pide es una noche. ¿Vosotras tendríais suficiente con eso?

Miller estará encantado de conoceros y de pasar un buen rato con vosotras. Dejaros atrapar en este hombre, una adicción sin límites. Pero, tened en cuenta que nunca nada es lo que parece…

Challenge 30 días



Queridos lectores, he decidido hacer un challenge, un reto, en el que durante 30 días, y con 30 palabras, escribiré textos para no perder en ningún momento esa motivación de escribir siempre que pueda.
Si queréis saber más, os recomiendo que os paséis por aquí para que podáis leer mejor de qué se trata. yo solo os proporcionaré las palabras que tendré que usar durante los 30 días.
Las palabras son:
Comienzo /murmullo/ mordisco/ intriga/ agua/ felino/ medianoche/ pimienta/ floral/ sudar/ repiquetear/ picadura/ silencioso/ pasión/ libro/ escarlata/ aullido/ pluma /(a) salvo/ corazón / oportunidad/ reflejar/ volar/ frambuesa/ lista/ cuidad/ perfume/ burlar/ llave/ final.
Espero que os guste y si queréis os animéis a escribir también un challenge. Espero que si lo hacéis me paséis los links para poder leerlos.
Muchos besos y abrazos.

jueves, 23 de octubre de 2014

Capítulo 1

Alma Lago
Salgo de clase y como siempre las miradas de todos recaen sobre mí. Agacho la cabeza y sigo andando hacia la cafetería ignorando las risitas que escucho a mi alrededor.
—Oye Alma, hoy estás más guapa que el resto de días.
—Es verdad, ¿te has hecho algo nuevo? —oigo como se ríen.  Claro que no me he hecho nada, llevo el uniforme igual que todos aquí. No sé porque mi padre no me deja ir a un instituto normal como el resto de adolescentes. Desde que ocurrió lo de mamá el año pasado no me deja hacer prácticamente nada, no quiero estar en su urna de cristal pero, no tengo elección.
—Es de mala educación no responder Almita —. Se siguen riendo de mí y persiguiéndome, yo nunca les digo nada y solo pido que me dejen en paz. Pero parece ser que eso nunca va a suceder.
—No me he hecho nada nuevo, estoy como siempre —murmuro despacio aunque sé que me han escuchado. Si fuese mi hermana Vanessa, esto no me sucedería. Ella es perfecta, rubia y hermosa. Yo en cambio soy… todo lo contrario. Un bicho raro que da miedo, así me llaman aquí en el instituto y en la calle.  Todos se ríen porque mi padre tiene una enorme industria cosméticos. Las modelos están siempre perfectas y mi hermana el día de mañana será una más. Pero yo no lo seré nunca.
Siento como alguien me empuja, levanto la vista del suelo y veo al mismo grupo de siempre. Ellos la han tomado conmigo desde el primer día de instituto.
—Sí que tienes algo diferente en la cara, ahora lo verás —. Levanta su puño para estamparlo directamente sobre mi cara sin importar que pueda romper mis gafas. Soy incapaz de moverme, solamente cierro los ojos y espero el impacto…
Me levanto sobresaltada con la respiración acelerada y entrecortada. Esa pesadilla me ha perseguido desde que mi memoria alcanza. Soy una mujer adulta y aun así sigo sintiéndome como el bicho raro del instituto.
—Otra pesadilla ¿no? Creo que ya ha pasado demasiado tiempo como para que te sigas atormentando Alma —me sobresalto al escuchar la voz de mi hermano Quique. Le busco con la mirada y le encuentro de pie junto al enorme ventanal que ilumina mi habitación. De todos mis hermanos, es el que mejor me entiende.
—Lo sé, pero no lo puedo evitar. Tal vez necesite un psicólogo —intento quitarle hierro al asunto. Se vuelve y me mira fijamente, mirar sus ojos es como mirar los míos. En eso nos parecemos aunque él es mellizo de Carlos, mi otro hermano.
—Necesitas salir de aquí. Hasta tus cuadros se han vuelto más sombríos y eso no me gusta. Mi hermana es alguien alegre y optimista o al menos lo eras. Nunca debí haberme marchado cuando sucedió lo de mamá. Fui egoísta al dejarte aquí sola con un hombre dolido con el mundo y teniendo que pasar sola por la pérdida de nuestra madre y por el bullying al que te sometían tus compañeros.
Me levanto y voy hacia dónde está mi hermano, para qué mentir, es mi favorito. Sin pensármelo dos veces rodeo su cintura con mis brazos y me aprieto contra él que me abraza encantado.
—No te sientas culpable Quique, las cosas sucedieron como tenían que suceder. Hoy hace un día increíble así que voy a hacerte caso y a salir —. Él niega con la cabeza pero me sonríe, le devuelvo la sonrisa y nos separamos.
—Te espero para desayunar, ya se han ido todos así que estamos solos —me guiña un ojo y yo le lanzo un beso al aire cuando sale por la puerta. Si no fuese por él no sé lo que hubiera sido de mí.  Me meto en el baño y me ducho rápidamente, esta es una forma eficaz de que la pesadilla me deje tranquila y quede solo como un mal recuerdo.
Me pongo las gafas de vista y me empiezo a secar el pelo, aunque hace un sol maravilloso no quiero arriesgarme a coger un resfriado.  Cuando salgo, cojo la ropa que hay en el armario, lo mismo de siempre, unos vaqueros y una camiseta. Me recojo el pelo en una coleta baja, cojo mi mochila con todos los lápices de colores y demás y bajo a desayunar con mi hermano.
—Parece que te has tomado en serio eso de salir de aquí —dice divertido. Mi hermano es un hombre muy guapo, no entiendo cómo es que no ha tenido novia o al menos no que yo sepa. Le sonrío y me siento frente a él. Desayunamos charlando animadamente, esto no sucede cuando estamos todos.
—Por lo menos hoy no estamos solas Alma, es una suerte que puedas quedarte una temporada en casa Quique —. María, la mujer que nos ha cuidado a todos, aparece con dos tazas de chocolate caliente. Esa es su respuesta a todo problema. Ayudó a mi madre con mis hermanos y a mí me ha cuidado desde que mamá nos dejó. La adoro y ella nos adora a todos por igual, hasta a nuestro padre que la trata como si no fuese nadie. Supongo que sigue encerrado en el dolor de haber perdido a la mujer amada. 
—Londres es una ciudad con encanto pero triste, además hace años que vivo solo y necesitaba un poco de compañía.
—Y has aprovechado esta semana que sabías que solo estaríamos Alma y yo ¿verdad? —. A María no se le escapa una. Mi hermano Carlos o Carl que es como quiere que le llamen, trabaja con papá en “Cosméticos Lago”. Es su mano derecha y mi hermana Vanessa es la cara de todos los anuncios publicitarios de esta empresa. En cambio, Quique y yo somos más de arte. Yo pinto y él escribe, aunque en otra época fue fotógrafo y trabajó con la familia. Pero con la muerte de mamá todo cambió y él necesitó tiempo, distancia.
—Sí, hasta creo que tengo una idea para escribir una buena novela. Eso haré, ¿tú dónde vas Alma? —seguramente se quiere asegurar de que estaré bien.
—No lo sé, donde el viento me lleve —. Ambos sonreímos porque esa es nuestra frase favorita, no sé de donde salió pero es nuestro código secreto.  Ambos terminamos de desayunar escuchando encantados a María, nos recuerda anécdotas de nuestra infancia y reímos sin para los tres.
—Bueno me voy a escribir un poco, que tengas un día increíble Alma.
—Gracias hermanito, te deseo lo mismo —le doy un beso en la mejilla y nos abrazamos antes de ir cada uno por su camino.
Me subo al autobús que pasa dos calles más allá de mi casa. Aunque tenemos mucho dinero prefiero el medio público, me gusta observar a la gente porque a mí nadie me mira, nadie me observa y nadie se da cuenta de que existo.
Cuando me entran ganas, bajo del autobús y miro a mi alrededor. Por algún motivo u otro siempre termino en este fantástico lugar y la verdad es que me encanta. “La ciudad de las artes y las ciencias” es algo bastante emblemático de Valencia y es fascinante. Recuerdo haber venido aquí con la familia a pasar muchas tardes pero esos recuerdos son pocos porque últimamente siempre vengo sola. Decidida y cargada con mi mochila entro y saludo a las chicas de la entrada, ya nos conocemos. Por eso en muchas ocasiones en las que no hay apenas gente me dejan entrar sin pagar por ello. Son muy amables. Recorro todas las salas que me gustan y me dejo envolver por la magia que desprende cada pared en este lugar.
Tardo unas horas pero lo recorro más o menos. Salgo por la puerta y me siento junto a la pequeña balsa de agua azulada que envuelve el lugar. Saco de la mochila los colores y el blog de dibujo, empiezo a trazar rectas, círculos y demás. Simplemente, me dejo llevar. Cuando me doy cuenta he dibujado un paisaje lleno de vida y color. Algo hermoso aunque no todos los ojos van a ser capaces de apreciarlo porque no todo es verde, también hay marrón y amarillo. Hay nubes en lugar de sol y tiene un aire triste, “al igual que yo” pienso interiormente.
—Sabía que te encontraría aquí —. La voz de mi hermano Quique me devuelve a la realidad. Se sienta a mi lado y observa lo que he dibujado. —Sigo viendo tristeza Alma. No me refería a que vinieses aquí cuando he dicho lo de salir de allí. Me refería a irnos de Valencia —sus palabras me dejan sorprendida, no esperaba esto la verdad. Sé que él está acostumbrado a vivir a su aire pero yo nunca he salido de aquí, tal vez tiene razón y con mis veintitrés años ha llegado el momento de descubrir el mundo.
Marco Dante
—Sonríe, ahora muéstrate distante. Quiero que parezcas un chico malo, eso no te debe costar demasiado. Por todos es sabido que eres un rompecorazones —el maldito fotógrafo no se calla la boca. Estoy hasta las narices de sus órdenes.
—Creo que ya tenemos suficientes fotos por hoy —. Por fin alguien ha dicho algo, este tipo es el peor fotógrafo de la historia.
—Me largo, ha sido la peor sesión de fotos del mundo. La próxima vez si lo contratas a él no me contrates a mí.
—Mañana tenemos otra sesión de fotos Marco —. Tengo un contrato firmado y él es el jefe pero a mí no me ordena nada nadie.
—Pues despídele y volveré de lo contrario no me esperes mañana —sin esperar respuesta cojo mi chaqueta y me largo camino al hotel. Adoro esta ciudad porque es la mía, Roma es increíble en todos los sentidos. Pero me tengo que quedar en un hotel porque solo estoy de paso. Escucho los gritos del jefe, parece que mañana tendré que volver porque ha despedido al imbécil del fotógrafo. Sonrío abiertamente, otra vez me he salido con la mía.
Cuando cruzo la puerta que da al vestíbulo del hotel la chica de recepción me mira embobada. Le pido la llave y me la tiende nerviosa. Tomo su mano entre las mías y cuando me mira fijamente aprovecho para decirle lo que pienso.
—Olvídalo, ni en un millón de años me fijaría en alguien tan simple como tú —le sonrío y me alejo dejándola descolocada y dolida. Soy demasiado guapo e importante para relacionarme con gente que no está a mi altura. Entro en mi habitación y lleno el yacusi. No hay nada más relajante después de un duro día de trabajo que poder meterse en el agua tibia con mucha espuma.
Empiezo a quitarme la ropa lentamente. Cuando el yacusi está lleno me meto y me relajo. En pocos días voy a tener que hacer el equipaje de nuevo, al menos en la próxima campaña estaré con una modelo que ya conozco y con la que me he visto en repetidas ocasiones. Esa sí es una diosa. Rubia, ojos claros, sin un gramo de grasa en el cuerpo escultural. No entiendo como no existen más mujeres como ella, esas son las que los hombres volteamos a ver, no las chicas corrientes.
Llaman a la puerta, salgo del yacusi de mal humor, bueno en realidad pocas veces estoy de buen humor. Abro la puerta y está el chico del servicio de habitaciones. No he pedido nada pero lo acepto, seguro es de alguna admiradora. Veo que hay una caja de bombones, la abro y está vacía, solo contiene una nota.

“Sí el espejo reflejase lo que hay en el alma de las personas, tú verías un monstruo”. Cierro la caja y la lanzo contra la pared, me siento en el sofá con la nota entre las manos. Reconozco esta frase a la perfección, la ha mandado mi abuela junto con la caja de chocolates que solíamos comer juntos. Miro mi reflejo en el espejo y aparto la vista de mi reflejo, las palabras de la nota no dejan de flotar en mi cabeza. 

  







                  Quique Lago (Hermano de Alma)

domingo, 12 de octubre de 2014

William Wright

Para inaugurar esta sección voy a hablar de este hombre que ahora mismo es el que me tiene atrapada. 
William Wright 
Este hombre de ojos azules, mirada penetrante y un aura de lo más misteriosa lo podemos encontrar en el primer libro de la Saga No me olvides que lleva este mismo nombre. 
Su autora Pilar Cháfer Guillén, es una autora novel que ha conseguido atrapar a sus lectores con este enigmático personaje. 
¿Christian Grey? Para nada. William es único y a medida que vas leyendo lo vas descubriendo.
Dueño de la empresa de publicidad más importante de Nueva York, llamada "Design Enterprises". Su vida en realidad es un misterio por eso atrapa. Las mujeres caen rendidas a sus pies y él juega con ellas, las utiliza para satisfacer su apetito sexual y luego a otra cosa. 
Aunque a simple vista se pueda pensar que es un hombre normal que se cree muy bueno y que puede hacer lo que le venga en gana ( que sí puede) es un chico que va evolucionando y mostrando su verdadera personalidad a medida que la historia se desarrolla. También tiene un gran amigo y socio llamado Edward Collins, del que hablaré en otro apartado porque es adictivo pero de manera diferente. 
Un hombre capaz de subir la temperatura a las lectoras en menos que canta un gallo. Nunca sabes con lo que te va a sorprender y esto es lo que le hace especial. 
Algo que atrae mucho a las mujeres es saber lo que pasa por la cabeza de esos hombres que siempre nos enloquecen. Pues en este caso ¡lo podemos saber! La autora nos regala sus puntos de vista en cada capítulo, no es un hombre que solo piensa en el sexo, tiene una gran personalidad y un mundo interior que nadie espera. Pero no puedo desvelar mucho más pues os estaría estropeando la adicción. 
Mi recomendación es que cada una descubra por ella misma a este personaje al que os engancharéis enseguida y del que querréis leer más y más. 
La historia la podéis encontrar en el siguiente enlace:
http://www.wattpad.com/story/15555409-no-me-olvides

Sin nada más que decir os dejo con la imagen de este personaje que es tan adictivo como el chocolate pero en algunas ocasiones, más perjudicial para el corazón. 
¡Besos lectores y lectoras!