viernes, 31 de octubre de 2014

Agua

Lectores, para leer este relato, os recomiendo escuchar esta música mientras lo hacéis. Le da un poco más de realismo al asunto. Feliz Halloween! jajaja

Lo preparo todo para la fiesta de esta noche. En un primer momento iba a ser una fiestecita de amigos para celebrar Halloween pero finalmente hemos decidido algo más tranquilo. Cada uno traerá su peli de terror favorita y las veremos todas. La mía es “El exorcista” sin ninguna duda, no soy miedosa así que disfruto a tope de este tipo de fiestecitas.
Debo admitir que nunca creí que mi madre me dejara hacer una fiesta aunque fuese pequeña, al cambiarnos de casa parece que ha entendido que soy lo bastante madura como para poder mantener el orden. Por suerte solo nos hemos cambiado de zona de la ciudad y ahora estoy más cerca de mis amigos.
Miro a mi alrededor y veo que lo tengo todo preparado, palomitas, golosinas y mucha bebida.  El sonido de un grifo abierto llega a mis oídos, no creo haber dejado el grifo de la cocina abierto pero cuando entro veo que el agua cae en cascada sobre la pila. Por suerte no se ha salido, lo cierro y listo.
Subo a mi habitación para terminar de arreglarme y cuando paso por delante del baño escucho el agua de la ducha correr. Frunzo el ceño sorprendida, abro la puerta y me sorprendo al ver la bañera completamente llena de agua, pero no parece agua normal porque tiene un color como de tierra. Entonces creo que empiezo a entenderlo todo, seguro mis amigos me están gastando una broma porque no soy miedosa.  Sonrío para mis adentros, no van a conseguir asustarme.
Me termino de arreglar y bajo las escaleras de dos en dos, me quedo parada frente a la puerta de mi casa que ahora está abierta. Delante de la puerta está un chico al que no conozco pero que me mira fijamente, su mirada me hiela los huesos por algún motivo que no logro entender. Oigo de nuevo el agua salir por el grifo, pero esta vez es de nuevo el del baño de arriba, suspiro y subo, ahora sé que este chico es algún amigo que no conozco y que están utilizando para distraerme mientras ellos me hacen la broma. Detengo el agua y cuando me doy la vuelta ahí está él mirándome fijamente.
—Creo que necesitas ayuda, el agua de esta bañera es peligrosa —su voz grave hace que mi respiración se acelere pero no muestro lo incómoda que me hace sentir.
—Claro, lo que tú digas. No sé de quién eres amigo pero dile que hasta una película de terror da más miedo que esta broma. No nos han presentado por cierto y cómo estás en mi casa creo que eso debería haber sido lo primero. Me llamo Ana —le tiendo la mano pero él no me corresponde.
—Lo sé, yo Sergio. Duermes en mi habitación —ese comentario es tan obvio de una película de miedo que no puedo evitar soltar una carcajada. El timbre suena y dejo a mi nuevo amigo Sergio en el baño mientras bajo para abrir. Por fin han llegado todos mis amigos, les miro con reproche y entonces el sonido del agua de la bañera vuelve a llegar a mis oídos.
—Creo que ya lo tenéis bien, luego pagaréis el agua vosotros. Y podríais haberme avisado de que traías a un amigo. No sabía ni de la existencia de Sergio —todos me miran como si estuviese loca. Subo al baño de arriba para apagar el agua, espero encontrarme a Sergio pero no lo hago. Mi amiga Rocío me sigue los pasos.
— ¿De qué amigo hablas Ana?
—De Sergio, el chico moreno que habéis mandado para que me diga que duermo en su habitación —no puedo evitar reírme porque pone cara de asombro, debería ser actriz la verdad.
— ¿Cómo es ese chico Ana? No conozco a ningún Sergio, te lo juro —la miro ahora seria.
—Moreno, más alto que yo. Venga ya Rocío, no me vas a conseguir asustar.
—Espera Ana, ¿es este? —saca su móvil y me enseña una foto del chico que he visto antes.
—Sí, justo ese. Sabía que era vuestro amigo —observo como el agua desaparece de la bañera por las tuberías.
—Ana, este chico fue asesinado por su padrastro. Le ahogó en esta bañera hace unos meses. Te lo juro, no te miento —niego con la cabeza y me rio aunque ella se ha puesto pálida.  El grifo se enciende de repente y el agua me salpica. Rocío sale corriendo del baño, me vuelvo para detener el grifo y la puerta del baño se cierra de un solo golpe. Siento un escalofrío a mis espaldas y sé que es él.

—Siempre he preferido las duchas —y después de esas palabras, todo lo que recuerdo es… nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario