Lectores, para leer este relato, os recomiendo escuchar esta música mientras lo hacéis. Le da un poco más de realismo al asunto. Feliz Halloween! jajaja
Lo preparo todo para la fiesta de esta noche. En un
primer momento iba a ser una fiestecita de amigos para celebrar Halloween pero
finalmente hemos decidido algo más tranquilo. Cada uno traerá su peli de terror
favorita y las veremos todas. La mía es “El exorcista” sin ninguna duda, no soy
miedosa así que disfruto a tope de este tipo de fiestecitas.
Debo admitir que nunca creí que mi madre me dejara hacer
una fiesta aunque fuese pequeña, al cambiarnos de casa parece que ha entendido
que soy lo bastante madura como para poder mantener el orden. Por suerte solo
nos hemos cambiado de zona de la ciudad y ahora estoy más cerca de mis amigos.
Miro a mi alrededor y veo que lo tengo todo preparado,
palomitas, golosinas y mucha bebida. El sonido
de un grifo abierto llega a mis oídos, no creo haber dejado el grifo de la
cocina abierto pero cuando entro veo que el agua cae en cascada sobre la pila. Por
suerte no se ha salido, lo cierro y listo.
Subo a mi habitación para terminar de arreglarme y cuando
paso por delante del baño escucho el agua de la ducha correr. Frunzo el ceño
sorprendida, abro la puerta y me sorprendo al ver la bañera completamente llena
de agua, pero no parece agua normal porque tiene un color como de tierra. Entonces
creo que empiezo a entenderlo todo, seguro mis amigos me están gastando una
broma porque no soy miedosa. Sonrío para
mis adentros, no van a conseguir asustarme.
Me termino de arreglar y bajo las escaleras de dos en
dos, me quedo parada frente a la puerta de mi casa que ahora está abierta. Delante
de la puerta está un chico al que no conozco pero que me mira fijamente, su
mirada me hiela los huesos por algún motivo que no logro entender. Oigo de nuevo
el agua salir por el grifo, pero esta vez es de nuevo el del baño de arriba,
suspiro y subo, ahora sé que este chico es algún amigo que no conozco y que
están utilizando para distraerme mientras ellos me hacen la broma. Detengo el
agua y cuando me doy la vuelta ahí está él mirándome fijamente.
—Creo que necesitas ayuda, el agua de esta bañera es
peligrosa —su voz grave hace que mi respiración se acelere pero no muestro lo
incómoda que me hace sentir.
—Claro, lo que tú digas. No sé de quién eres amigo pero
dile que hasta una película de terror da más miedo que esta broma. No nos han
presentado por cierto y cómo estás en mi casa creo que eso debería haber sido
lo primero. Me llamo Ana —le tiendo la mano pero él no me corresponde.
—Lo sé, yo Sergio. Duermes en mi habitación —ese
comentario es tan obvio de una película de miedo que no puedo evitar soltar una
carcajada. El timbre suena y dejo a mi nuevo amigo Sergio en el baño mientras
bajo para abrir. Por fin han llegado todos mis amigos, les miro con reproche y
entonces el sonido del agua de la bañera vuelve a llegar a mis oídos.
—Creo que ya lo tenéis bien, luego pagaréis el agua
vosotros. Y podríais haberme avisado de que traías a un amigo. No sabía ni de
la existencia de Sergio —todos me miran como si estuviese loca. Subo al baño de
arriba para apagar el agua, espero encontrarme a Sergio pero no lo hago. Mi amiga
Rocío me sigue los pasos.
— ¿De qué amigo hablas Ana?
—De Sergio, el chico moreno que habéis mandado para que
me diga que duermo en su habitación —no puedo evitar reírme porque pone cara de
asombro, debería ser actriz la verdad.
— ¿Cómo es ese chico Ana? No conozco a ningún Sergio, te
lo juro —la miro ahora seria.
—Moreno, más alto que yo. Venga ya Rocío, no me vas a
conseguir asustar.
—Espera Ana, ¿es este? —saca su móvil y me enseña una
foto del chico que he visto antes.
—Sí, justo ese. Sabía que era vuestro amigo —observo como
el agua desaparece de la bañera por las tuberías.
—Ana, este chico fue asesinado por su padrastro. Le ahogó
en esta bañera hace unos meses. Te lo juro, no te miento —niego con la cabeza y
me rio aunque ella se ha puesto pálida. El
grifo se enciende de repente y el agua me salpica. Rocío sale corriendo del
baño, me vuelvo para detener el grifo y la puerta del baño se cierra de un solo
golpe. Siento un escalofrío a mis espaldas y sé que es él.
—Siempre he preferido las duchas —y después de esas
palabras, todo lo que recuerdo es… nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario