Salgo de casa corriendo, no llego a clase y si vuelvo a
llegar tarde la profesora me va a expulsar directamente. Debo admitir que
madrugar no es lo mío pero ya solo me quedan unos meses para terminar
bachillerato y poder disfrutar del verano. “Después de preparar la selectividad”
gracias cabeza, no me metas presión ¿quieres?
Tengo la sensación de que alguien me sigue, el gato negro
viene corriendo detrás de mí.
— ¡Lárgate gatito! Tengo prisa y no tengo nada para darte
de comer —hasta hablo con los animales, soy peor que el loco del lado de mi
casa que convive con diez gatos.
El felino me sigue pisándome los talones pero no me
importa, llego a tiempo al instituto. Llego a la puerta y cuando voy a abrirla
veo el reflejo del gato a mis espaldas. ¡Me ha seguido hasta dentro del
edificio! Abro la puerta y entro, la maestra acaba de llegar.
—Vaya Luis, hoy sí has llegado a hora. Por los pelos
—asiento y me acomodo en mi lugar habitual. Mi amigo Alex me guiña un ojo desde
la otra parte de la clase, somos bastante revoltosos juntos por eso nos
mantienen a distancia.
La puerta se abre y entra una chica morena con unos ojos
verdes increíbles. Es nueva sin duda. Habla algo con la profesora y esta le
indica que se siente justo a mi lado. Ella se sienta y me mira con sus ojos
verdes mientras que por su rostro se extiende una sonrisa. Creo que es una
bruja y me ha hechizado la verdad.
— ¿Siempre vas con tanta prisa? —su comentario me
sorprende. La profesora empieza la clase pero mis ojos están clavados en esa
mirada esmeralda, me recuerda mucho a alguien pero no sé a quién hasta que mi
mente analiza los hechos. Me recuerda… al felino negro que me ha seguido.
¡Hola, Leti! Aunque sea tarde, lo has subido y a mí me ha encantado leerlo. Y ese final... ¡Vaya, vaya! Me encanta todo el relato en su conjunto. Reconozco que los gatos me fascinan, aunque el único relato que haya escrito con uno sea de suspense...
ResponderEliminarY nada, no tengo nada más que añadir. ¡Enhorabuena! Cada relato tuyo que leo es mejor ;)
Saludos.