
Creo que lo que me ocurre es que me estoy volviendo loco,
no le veo otra explicación razonable a lo que me sucede. Escucho voces, algunas
veces tengo la sensación de que me tocan y no veo absolutamente nada.
Lo único que llega a mis sentidos es un aroma, un perfume
que invade mi alrededor todos los días. Bueno o las noches, realmente no sabría
definir el tiempo ahora mismo. Encerrado en mi propia oscuridad.
El sol, extraño mucho esa estrella enorme con su calor. Recuerdo
cuando decidíamos ir a escalar mis amigos y yo. Creo que la última vez fue hace
poco, una montaña bastante peligrosa pero como siempre decimos: “nos reímos en
la cara del peligro”. Por algún motivo no recuerdo qué pasó ese día.
Sé que me puse el casco y todo el equipo que siempre
utilizamos, comprobé las cuerdas y me dispuse a descender. Como siempre me
tocaba ser el primero, así que sin pensarlo demasiado y sintiendo la adrenalina
en mi organismo me lancé a ello. Después de eso… todo es oscuridad.
Siento otra vez el aroma del perfume, es afrutado y
bastante refrescante. Y por primera vez en mucho tiempo, el silencio se rompe y
siento un tacto que sí me parece familiar.
—Dicen que tienes unos ojos muy bonitos, espero verlos
algún día —no reconozco la voz pero el contacto de su piel con la mía es algo
electrizante. Siento que necesito salir de esta oscuridad, quiero saber a quién
pertenece ese aroma que ha estado a mi lado. ¿Quién es la dueña de esa voz?
Abro los ojos y la luz me ciega, parpadeo rápidamente de
manera repetida hasta que por fin consigo enfocar a la dueña de esas caricias. Miro
a mi alrededor antes de intentar hablar con ella, no encuentro las palabras y
es entonces cuando me doy cuenta del tubo que tengo en la boca.
—Bienvenido, has estado en coma unas semanas. Tienen razón,
tienes unos ojos verdes preciosos —la enfermera se sonroja y se muerde el labio
inferior, eso me hace sonreír. Ahora los recuerdos acuden a mi mente como
flashes, recuerdo la cuerda al romperse y la enorme caída, los gritos de mis
amigos y ya nada más. He vuelto a la vida, tengo otra oportunidad. Miro a la
chica castaña que tengo al lado y tomo su mano entre las mías, esto es un nuevo
comienzo.
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